El georrádar o rádar de subsuelo, es una técnica de prospección basada en la emisión de pulsos electromagnéticos y en la recogida de las reflexiones, que se producen por los cambios del valor de la constante dieléctrica del terreno asociada a los distintos materiales.
Se consiguen profundidades de penetración de hasta 40 m (dependiendo de la antena utilizada y los materiales atravesados) obteniéndose imágenes del subsuelo de alta resolución. Lo que la hace especialmente apta para la delimitación de estructuras naturales o artificiales poco profundas (arqueología; tuberías y otras infraestructuras soterradas), detección de fluidos (agua o contaminantes), etc.
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Rádar de subsuelo SIR-3000, en su carro 623 | 3D StructureScan mini de 1.6 GHZ |
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Rádar de subsuelo SIR-2000, detalle de la consola | Antena monostática apantallada de 400 MHz, con rueda marcadora |
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Representación 3D realizada mediante la integración de radargramas como el que se muestra en la imagen de la derecha, tras el procesado. | Radargrama bruto, las hipérbolas corresponden, de izquierda a derecha, a una tubería con cables eléctricos, una tubería de saneamiento (con la zanja para su colocación), y otra de abastecimiento de aguas. |
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Rebanadas de tiempo de 0.2 m de espesor correspondientes a una villa romana. La primera laja está situada a 0.1 m de profundidad, las siguientes a 0.3, 0.5 etc. La cuadrícula es de 1 m |
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Envolvente de datos que superan un cierto nivel de amplitud obtenida a partir de las rebanadas de tiempo. |
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